DANZA: “OJOS BAJOS”

Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini
El programa entregado en mano, antes de ingresar a la sala, tiene un blog: ojosbajosunaobra incompleta.blogspot.com
Obra incompleta. Quizás ahí está la clave. La pregunta es dónde se completa, si se completa, y si no están esperando completarla conmigo.
“Ojos bajos” ¿es un experimento que incluye la reacción del público? El arte contemporáneo inclasificable _ usualmente llamado “experimental”_ ¿incluye la reacción del público en su experimento?
Estoy entre el público, soy el público. “Ojos bajos”, ¿me invita a jugar? La perfomance de las cinco bailarinas en escena me remite a “El señor de las moscas” de William Golding: una novela brillantemente llevada al cine no una si no dos veces; la historia en la que un grupo de adolescentes reproduce todos los modelos de la represión, la segregación, el autoritarismo, el fanatismo de sus mayores.
Pero estos son mis referentes, cada butaca (cada individuo allí sentado entre el público) tiene los suyos.
En “Ojos bajos” las cinco bailarinas, vestidas de colegialas de manga japonés, se patean las piernas. Por momentos tejen alianzas, se acarician, se cuidan, después se pegan, cercan a una de ellas, la separan del grupo. De a ratos alguna bailarina introduce un murmullo bajo, una parodia de comentario o conversación con una compañera, pero las palabras no llegan a la platea.
Bailarinas que son, a la vez, actrices. Las bailatrices de “Ojos bajos” siguen. El escenario tiene un diseño despojado, líneas blancas en un suelo negro semejante a una cancha de basquet o pelota al cesto. La perfomance de las chicas recuerda a una competencia deportiva (están de zapatillas negras). Pero a los quince minutos los recursos expresivos se agotan. Las chicas no; el público tampoco. Ellas seguirán durante una hora con la rutina del empujón, el tironéo, el salirse del grupo y pujar por volver a ser aceptada. El público también sigue allí: asombrosamente silencioso, aparentemente imperturbable. El experimento funciona. Nadie grita. Nadie salta de la butaca al escenario. Nadie se levanta ni se va. Todos esperamos que algo pase. Bailatrices y público esperan que alguien venga y complete la obra.


Clara Negri

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